
¿Sabías que puedes potenciar los beneficios de los alimentos que consumes?
Cuando germinamos o fermentamos alimentos, le damos un PLUS a su versión inicial y ¡lo convertimos en un súper alimento!
¿Qué beneficios te aportan?
La germinación es un tratamiento sencillo y económico, que se ha practicado durante siglos en Asia y ha traído grandes beneficiosos como:
1. Más fácil de digerir las leguminosas
2. Nutrientes más disponibles y aprovechables por nuestro cuerpo.
3. Más antioxidantes, vitaminas y minerales
4. Presenta enzimas digestivas naturales
5. Mayor aporte proteico
6. Mayor presencia de fibra que leguminosa no germinada
7. Inhiben la absorción de anti-nutrientes como las lectinas (empeoran digestión y absorción)
¿Qué logras con esto?:
1. Fortalecer nuestro sistema inmunológico
2. Desintoxicarnos
3. Regenerar nuestras células y tejidos,
4. Regular el pH.
5. Además es esencial para prevenir y tratar enfermedades como el cáncer y es excelente para bajar de peso.
¿Cómo se germinan?
Son varios los procedimientos para germinar. A continuación uno que nos ha resultado muy práctico:
- 1. Elige las leguminosas o granos de tu preferencia y según tus sensibilidades: frijoles, lentejas, caraotas, garbanzos, otros.
- 2. Cúbrelos con agua y dejar reposar 24 horas en lugar oscuro.
- 3. Luego, en un colador, cuela el agua de los granos.
- 4. Deja los granos en el colador por tres días en un espacio oscuro (horno de cocina) y cubre con una toalla húmeda.
- 5. Durante esos tres días lava los granos con abundante agua una vez al día.
- 6. Para el cuarto día ya los brotes han crecido entre 3 a 4 cm listas para comer. Si deseas refrigerarlas, colocarla en un envase bien cerrado y colocarla en el refrigerador, máximo 9 días.
- 7. Nota: una vez germinados no los cocines. Estos deben comerse crudos en forma de brotes, en ensaladas, como relleno de arepas, topping de cremas, etc.

¡Ahora sí! Listos para disfrutar de todos los beneficios de tus germinados.
Equipo Editorial NutriWhite
